De repente sin hambre, casi sin darte cuenta, has abierto el frigorífico y te has zampado un trozo de queso, un poco de fuet, una triste loncha de jamón que quedaba y esa media manzana que el niño dejó por la noche... y después cenas y claro te sientes fatal porque no has podido controlar tu ansiedad. El ritmo de trabajo, la casa, los niños, los nervios por llegar a todo provocan que te refugies en la comida como una salida fácil para liberar tu ansiedad. Pero ¿Se puede evitar?
Son muchos los expertos que opinan que si, por eso haciendo un recopilatorio en la web he pensado que estas recomendaciones puede ayudarnos a vencer la ansiedad por comer: